El aceite de palma es un aceite de origen vegetal
procedente de los frutos rojos de la palma. Esta palma tiene su origen en
África occidental, donde ya extraían este aceite hace 5.000 años. Hoy en día,
el aceite de palma se cultiva en África, Asia, América del norte y América del
sur.
He buscado estudios recientes, pero no me queda del
todo claro si es el primer o segundo aceite más consumido en el mundo. Me
arriesgaría a decir que es el primero. Se usa en cosméticos, alimentos, velas…
Tiene un extenso abanico de usos. Tan extenso, que se encuentra en uno de cada dos productos en el supermercado.
Ojo a lo que acabo de decir, uno de cada dos es muchísimo. No por nada se
producen 54 millones de toneladas al año de aceite de palma, puesto que su
coste de producción no es elevado. Esta última cifra está en aumento.
El aceite de palma es sólido hasta los 30ºC y resiste
muy bien la oxidación (para que nos entendamos, no se enrancia). Es por esto
que se emplea en tantísimos productos como helados, masas de hojaldre, cremas,
margarinas, pastelería…
Ahora que ya estamos más o menos situados sobre qué es
y dónde lo podemos encontrar, viene la siguiente cuestión. ¿Por qué hay que
evitarlo? ¿Qué lo hace tan peligroso?
Además del
dato aportado por la Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA)
en relación a que el aceite de palma es más cancerígeno que cualquier otro,
cuando se refina a temperaturas superiores a 200 grados, el aceite de palma contiene un
50% de ácido palmítico (lógico, viniendo de la palma), que es un ácido
graso saturado de cadena larga. Estos ácidos tienen capacidad aterogénica. Sí, sé que esto suena raro y difícil
de entender. No os preocupéis, que os lo aclaro. En esto que os acabo de
explicar se halla el porqué es muy peligroso consumirlo. Que tiene capacidad
aterogénica significa que este aceite aumenta la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares. Esto,
claramente, no lo pone en el envase del producto que lo contiene. No queda
demasiado bonito. Lo que sí queda bonito es poner en ingredientes: “aceites
vegetales”, que queda la mar de sano cuando en realidad lo que suele significar
es “lleva aceite de palma, que aumenta la probabilidad de que te dé un chungo”.
El caso totalmente contrario al aceite de palma lo encontramos en el
aceite de oliva, que es grasa monoinsaturada cardiosaludable. ¡Ah, mira
como aquí sí suele poner en el envase con letras grandes que lleva aceite
de oliva!
Como todo, en pequeñas dosis no tiene porqué resultar
peligroso. Sin embargo, recordemos: uno de cada dos productos del supermercado
lo contiene. De modo que, muchas veces sin saberlo, estamos consumiendo este
aceite en exceso.
Estos son algunos de los productos
populares que son elaborados con el uso del aceite de palma. Echadles un ojo, descubriréis que
tenéis en la despensa más de un producto de los que enumero y sí son todos los
que están pero no están todos los que son:
Crema de cacao Nutella,
Galletas Oreo, Galletas Tuc, Galletas La Buena María de Fontaneda, Chocolates
Ferrero Rocher, Chocolates Kinder Bueno y Kinder sorpresa, Chocolates Kit Kat,
Chocolates Mars, Chocolates Snickers, Chocolates Twix, Bombones de Lindt,
Dulces M&Ms, Leche junior crecimiento de Nestlé, La pizza de Casa di Mama,
El postre Donuts, Caramelos Sugus, Cereales sabor yogur Special K de Kellogg’s,
La margarina Tulipán, La margarina Flora, Doritos, Las patatas Ruffles, La
crema de marisco de Knorr, Los tortellini de queso de Knorr, Cereales Nesquik,
Cereales Estrellitas de Nestlé, El postre tiramisú de Dhul, La masa de hojaldre
de Buittoni, El bacalao rebozado de Findus, Los sobaos de Martínez, Canelones
de atún de Maheso, Flautas de bacon y queso de Azteca………
Hasta aquí, bueno, cada cual es libre de tomar lo que
quiera. ¿Verdad? Pero es que aquí no está todo el problema. Ahora viene el otro
problema importante que está causando el uso desmesurado de este aceite.
Ya os he comentado que las plantaciones de aceite de
palma se han expandido a través de los trópicos del Sur, América del Sur,
África, etc., pero dónde más impacto existe es en Asia, en países tales como
Indonesia, Malasia o Papua Nueva Guinea, debido a la gran destrucción de los
bosques y la selva tropical. Según
WWF, cada hora se deforesta en Indonesia la superficie equivalente a 300 campos
de fútbol. Pero vamos a ver, ¿estamos locos?. Esto equivale a una deforestación masiva y a
la extinción de plantas y animales autóctonos de la zona. Entre 1.000 y 5.000
orangutanes mueren cada año. Y no sólo eso, las orangutanes hembra se venden a
burdeles donde son prostituidas. Sí, sí, habéis leído bien. En
ciertos países asiáticos, entre ellos Borneo y Tailandia, existen precarios
establecimientos a los que, generalmente, trabajadores de pocos recursos van y
pagan por sexo. Solo que en lugar de la tradicional trata de mujeres, niñas o
adolescentes, por cierto un crimen también popular en la región, en este caso
las víctimas son orangutanes con quienes, por cierto, compartimos casi 98% de
estructura genética. Tras ser capturadas en selvas aledañas, las hembras son
depiladas, perfumadas e incluso maquilladas, para luego, sujetas mediante
cadenas que las inmovilizan, ‘satisfacer’ a los clientes.
En fin…, hay momentos en que la condición humana o,
mejor dicho, su región más baja, puede llegar a niveles desesperanzadores.
Ciertos actos involucran una serie de aberrantes cualidades, cuya denigrante
combinación nos lleva incluso a cuestionar la naturaleza del hombre
contemplando la posibilidad de que elementos como la vileza o la maldad sean
ingredientes intrínsecos. Pero más allá de estas reflexiones filosóficas, el
caso de las hembras de orangután que prostituyen en burdeles humanos es, por lo
menos, escalofriante.
Además, comunidades campesinas, afrodescendientes e
indígenas han tenido que desplazarse de sus tierras para que se instale el
monocultivo de palma. Por otra parte, varios estudios han relacionado la industria del aceite de palma con el
trabajo en condiciones análogas a la esclavitud. El sector se
caracteriza también por el uso de mano de obra infantil, según el Departamento
de Estados Unidos en un informe de 2012. Como podéis observar, a las grandes
empresas les encanta decir que defienden los derechos de sus trabajadores y que
son respetuosos con el medio ambiente, pues bien, es mentira. Nestlé es un gran ejemplo de
ello, al igual que la marca Ferrero,
emplean este aceite mientras emiten anuncios de buen rollismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario